La construcción de la autovía A-76, que comunicará Ponferrada con Ourense, no solo interesa a las comarcas por las que discurre. El alcalde de O Barco, Alfredo García Rodríguez, anunció ayer que su construcción se sumó a los proyectos que reivindica el Eixo Atlántico, en el que ocupa el cargo de vicepresidente.
El regidor insistió en la importancia de este eje de comunicaciones, una petición que volvió a transmitir al secretario de Estado de Infraestructuras, Transporte y Vivienda, organismo dependiente del Ministerio de Fomento. Alfredo García planteó a Julio Gómez-Pomar Rodríguez, esta vez en representación del Eixo Atlántico, la necesidad de agilizar los trámites previos al inicio de los trabajos.
La petición fue realizada en la reunión que la entidad desarrolló en Lugo y fue expuesta tres semanas después de que el regidor hablase de la infraestructura con ese mismo secretario de Estado en el foro organizado por la Confederación Empresarial de Pontevedra y el Eixo Atlántico. "Insistimos en la reivindicación desde el Eixo Atlántico", dijo.
Los empresarios aguardan por la licitación de los proyectos de obra de los dos primeros tramos, un trámite que el diputado popular ourensano y presidente de la Comisión de Fomento, Celso Delgado Arce, considera que debería ser superado en el primer semestre del año.
"Estamos a la espera", afirmó el presidente de la Asociación Empresarial de Valdeorras (AEVA), Javier Rodríguez Paradelo. El constructor valdeorrés recordó que, en estos momentos, el Gobierno central tramita la aprobación de los presupuestos de este año.
Los primeros tramos que el Ministerio de Fomento sacará a licitación pública so los de A Veiga de Cascallá (Rubiá)-O Barco y Villamartín de la Abadía-Requejo, este último en la provincia de León. Con 8,4 y 7,6 kilómetros de longitud, respectivamente, su construcción fue presupuestada inicialmente en 26,35 y 35,26 millones de respectivamente. En los próximos meses también deberá salir a licitación del tercer tramo, el fronterizo entre Ourense y León y también el más complicado, por afectar al espacio protegido del parque natural Serra de Enciña da Lastra. En este caso, la inversión estimada en un principio es de 223 millones.